martes, 21 de febrero de 2012

No me pidas que cambie, soy como soy y a quien no le guste, que no mire.

Si, lo acepto, soy de esas que se duerme en la parte mas interesante de la película, de esas que olvidan el 14 de febrero, de las que llegan media hora tarde pero piensan que lo bueno se hace esperar y sonríen mientras piden perdón. De las que hace la maleta cinco minutos antes de salir de viaje, de las que piensa que el orgullo es lo último que se pierde. Acepto que soy la más cabezona y negativa del planeta. Que llevo el móvil en el bolsillo aunque sea cancerígeno y que primero actúo y luego pienso. Miento bastantes veces, mentiras piadosas, eso si. Que soy el ser mas imperfecto y reconozco todos y cada uno de esos defectos. Me considero de las personas que duermen los domingos, cuentan las rayas de las baldosas de la calle, de las que miran el cielo y dicen ''hoy no va a llover'' y disfrutan de la última onza de chocolate del paquete como si fuera la última en la vida. Me equivoco repetidas veces y pido perdón hasta que los aceptan solo para hacerme callar. Pertenezco a ese grupo de personas que a veces sonríen y no saben por qué, a ese grupo de personas que canta en la ducha pero siempre lo niegan.Nunca he mentido en eso del amor. He dicho que me enamoré y nadie puede decir que no. Dije que te quería y era cierto. Y si algún día digo que nunca te quise, recuerda que suelo decir mentiras piadosas. Admito que soy de las que dije “lo haré mañana”, “nunca jamás me enamoraré”, “acabo en un segundo” y jamás lo cumplí.

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